domingo, 24 de marzo de 2013

La Ratita Presumida


¿Recordáis el cuento de la Ratita Presumida? la verdad es que desde que era pequeña que no leía este cuento, creo que hoy en día el cuento cambiaría un poquito, pero eso no quita que la ratita nos pueda seguir gustando tanto como para plasmarla en las creaciones de Tenikeguan Fet a mà. Os dejo el cuento para que lo recordéis y que cada uno lo cambie a su libre albedrío si lo desea... 

Erase una vez una ratita que estaba barriendo la puerta de su casa y cantaba:
"tralará larito barro mi casita y todos los días la misma faena, tralará larito barro mi casita"
y de repente se agachó y cogió una moneda que había en el suelo. -¿Qué me compraré? ¿Qué me compraré?.
- Ya lo tengo: Me compraré caramelos. No, no que se me ensuciaran los dientes. Siguió pensándolo, ¿Qué me compraré? Ya lo tengo: Me compraré un lacito para mi cola.
La ratita fue a la tienda y compró un lazo rojo y lo puso en su cola y se sentó a la puerta de su casa.
Al poco rato pasó por allí un perro que al ver tan elegante a la ratita le dijo: -Ratita, ratita pero que rebonita estás. ¿Te quieres casar conmigo?.
- ¿Y por la noche que harás? Preguntó la ratita.
-!Guau, guau, guau! dijo el perro.
-No, no que me asustarás.
Y el perro se marchó ladrando de rabia.
Todavía se veía al perro por el camino cuando llegó un gallo muy emplumado que al ver tan bonita a la ratita le dijo:
-Ratita, ratita pero que rebonita estás, ¿Te quieres casar conmigo?.
-¿Y por la noche qué harás? le preguntó la ratita
-Quiquiriquí, Quiquiriquí.
-No, no que me asustarás.
Y el gallo fue a buscar una gallina.
A los dos minutos pasó por allí un gato y al ver a la ratita se acercó y le dijo:
- Ratita, ratita, pero que rebonita estás, ¿Te quieres casar conmigo?.
-¿Y por la noche que harás? preguntó la ratita.
-¡ Miau, miau!
-No, no que me asustarás.
Y el gato se alejó maullando.
Una hora más tarde pasó por allí un ratón y al ver a la ratita le dijo:
-Ratita, ratita, pero que rebonita estás ¿Te quieres casar conmigo?.
-Y la ratita le preguntó ¿Y por la noche que harás?
-Dormir y callar, dormir y callar.
-Pues contigo me he de casar.
La ratita presumida se casó con el ratón y vivieron felices, comieron perdices y a nosotros nos dieron con los huesos en las narices.











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